¡ENVÍO GRATIS! por compras mayores a $100.000

Creerás que estás en una realidad paralela

Te sentirás perdido. Te cuestionarás hasta el cansancio. Hasta los planes que no tenías se irán a la mierda. Te sentirás en una realidad paralela.

Esta no es la vida real — te repites cada tanto — es otra con nuevas reglas, como cambiar de mundo en un videojuego. Sin quererlo, tomaste un camino alterno.

No va a venir tu mejor amiga de visita ni vas a viajar, quién sabe por cuánto tiempo. La única tierra caliente que vas a visitar es la del patio (si eres uno de los afortunados) o la cerámica del balcón a medio día. Los metros cuadrados exteriores serán invaluables.

Van a aparecer amigos, ex parejas, y se te va a volver la cabeza un culo y no uno de esos que no puedes dejar de ver. Algunas reapariciones te alegrarán, otras van a activar el cable que conecta cerebro, corazón, pulmones y estómago y van a hacer corto circuito.

No va a saber qué quiere — y tú tampoco — y sin embargo le vas a dar un lugar en tus espacios mentales, en los de antes, en los de una realidad paralela -otra, no esta. Vas a volver a escuchar las canciones de antes y te vas a sentir distinto.

Te va a dejar en visto, vas a descargar tinder, vas a borrar tinder, te vas a acordar de todos tus ex y te vas a hacer nudes.

Te darás licencias bajo la premisa “en pandemia todo se vale” y te engañarás con el razonamiento “si esto es como una droga ya haré rehabilitación cuando salga”. Sí, a la inversa. La droga en reclusión, la recuperación en el libre albedrío, lejos del confinamiento.

Tendrás una sobredosis y no harás rehabilitación voluntariamente.

Vas a querer dibujar, bailar, brincar, emborracharte. Lo harás, tal vez todo en un mismo día y habrá días que no reunirás ni las ganas para abrir una lata de atún.

Se te desordenarán los horarios, sufrirás insomnio, pasarás días en pijama, le cantarás cumpleaños a una pantalla.

Te reencontrarás con unos amigos llamados: Inestabilidad, incertidumbre y ansiedad. Los que querrás sacar a patadas de tu cabeza.

Te vas a hartar de ti, de las llamadas con video, de no saber qué ver en la televisión, de las historias donde la gente sale, se toca y se equivoca.

Querrás reiniciar el contador pero no encontrarás el reloj y dejarás de contar el tiempo.

Sentirás que quedaste atrapado en tu peor y en tu mejor momento.

Carolina Ardila.

Dejar un comentario

Artículos Relacionados

Colaboraciones o Comisiones

No te dejaremos en visto